El largo adios de montoneros - Alejandro C Tarruella
La investigación de Tarruella contiene hallazgos propios, remueve un pasado todavía caliente, intenta establecer y deslindar responsabilidades y separar las aguas entre la cúpula y la militancia para desarmar tantas falsedades que se han vuelto verdades a fuerza de repetición.
La reflexión y el relato de los hechos se unen en esta investigación periodística, que intenta acabar con ciertos mitos sobre los líderes y sobre las ideas postuladas en esos tiempos, para rescatar los valores y para reivindicar el rol de la mujer en aquellos años de lucha.
El contexto de "El largo adiós de los Montoneros" es la etapa política argentina del kirchnerismo, que rescata banderas históricas del peronismo, al que se sumaron, en un proceso de transformación política y un compromiso con el Estado de Derecho y la democracia, muchos ex integrantes de aquella organización.
Este momento histórico está signado por el fin de la ilusión del socialismo real y el derrumbe de las ideas del neoliberalismo, que siguen ahogando a muchos países. Desde ese piso, se observa críticamente lo que se señala como un abandono de la política por parte de muchos dirigentes montoneros en tanto se rescata, descubriéndose en el libro, la acción de los denominados "montoneros silvestres", descolgados de la dirección que residía en Europa, que se unieron a la lucha por la legalidad política institucional de Saúl Ubaldini, líder del combativo agrupamiento gremial Comisión de los 25, de la CGT Brasil.
Desde esa mirada, en el exterior y en la propia Argentina, algunos dirigentes comenzaban a pensar que no existía una vanguardia montonera sino que las luchas debían basarse en las reivindicaciones del movimiento obrero argentino y, por lo tanto, cuestionaban a la dirección de la organización.
Carlos Kunkel, Juan Carlos Dante Gullo, Francisco "Barba" Gutiérrez, Gonzalo Cháves y Emilio Pérsico son analizados en el libro como hombres políticos capaces de dar fin a un tiempo que se cerró definitivamente, para insertarse en la reconstrucción del país que inició Néstor Kirchner en 2003.
Para la obra de Tarruella, la "orga" es una etapa cerrada, aunque rescata a la generación de 1970 y pone en sitio crítico a quienes creyeron que un grupo de iluminados podría sustituir a los actores sociales del cambio.
Tarruella se aleja también de la trampa fácil en la que cayeron otros autores, que señalaron a algunos de los dirigentes montoneros como agentes de los servicios de inteligencia. Al mismo tiempo, aclara los contactos con Massera y niega tanto la idea de que en la dictadura de 1976 hubo una guerra, como la falsa teoría de los dos demonios.
También se hace presente en la obra la cuestión de la mujer en la organización, lejana de los sitios de poder, así como la megalomanía que aisló a un grupo de dirigentes, impidiéndoles tener una cuadro de la realidad que les permitiera reconocer, por ejemplo en 1982, que el país se encaminaba hacia un cambio profundo y definitivo.
La Guerra de Malvinas en la mirada de los popes montoneros, el indulto en el que jugaron políticamente junto a Carlos Menem, la mutación de algunos militantes históricos convertidos en íconos del poder empresario, las cercanías con representantes de la iglesia que apuntalaron la represión, son algunos de los tópicos que trata el autor en su investigación periodística.
Finalmente, Tarruella aborda la ubicación del matrimonio Kirchner como militantes estrictamente políticos dentro del peronismo, alejados de las acciones de la orga y jugados en la lucha por la legalidad política.
En su trabajo, la narración no desoye ni la metáfora literaria ni algunos temas que durante mucho tiempo fueron tabú en la Argentina.
Tras su título "chandleriano", El Largo Adiós de los Montoneros se convierte en un relato vibrante que permitirá a las nuevas generaciones y a los lectores en general adentrarse en una temática viva del país de estos días.
